lunes, 22 de septiembre de 2008

PSOE y PP celebran sus congresos nacionales entre la desorientación y la división de la militancia

















Por David Arrabalí.

Mundo Obrero / Rebelion

Los principales partidos del arco parlamentario, PSOE y PP, celebraron sus congresos nacionales antes del verano, casi inmediatamente después de las elecciones generales del 9 de marzo. En ambos casos, los congresos no han sido fáciles para sus dirigentes, ni en su fase previa ni en su fase posterior que ahora se está desarrollando, ya que se han reflejado tensiones entre distintas visiones que en muchos casos se han materializado en divisiones importantes en el seno de estos partidos. La puesta en escena mediática de los congresos, no ha evitado que en muchos casos estas tensiones hayan trascendido a la opinión pública. El cierre en falso de estos congresos, con mayorías absolutas artificiales, no hace sino abundar más aún en la crisis de la militancia, la desorientación política e ideológica de las bases, la inactividad existente "por abajo" y en las estructuras inferiores, y en bastantes casos en una división interna muchas veces insalvable.

El lema bajo el que se celebro el 37 Congreso Federal de PSOE fue "La fuerza del cambio", y esta consigna, elegida por los ideólogos del congreso, finalmente reflejó un significativo cambio de orientación en el ideario político de este partido, con la aceptación total del capitalismo y la incorporación de elementos fundamentales del liberalismo a su doctrina política.

El eje principal sobre el que los dirigentes socialistas hicieron girar la celebración de su congreso, fue la proyección personal del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como la imagen del partido, destacando su acción al frente del ejecutivo y las "reformas sociales" impulsadas en la pasada legislatura.

Zapatero resultó elegido secretario general del PSOE por tercera vez consecutiva, con el respaldo de 941 de los 995 delegados que participaron en el congreso federal, es decir, el 94,57%.

La nueva dirección federal del partido fue decidida personalmente por el propio Zapatero como secretario general, que informó de sus componentes tras su elección. Rodríguez Zapatero decidió recuperar la figura del vicesecretario general, que ocupará su mano derecha, José Blanco, que actuará como el verdadero "número dos" del partido en la sombra, el puesto de secretario de organización que éste deja libre lo ocupará la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leyre Pajín. Se trata, sobre todo, de una operación cosmética y para salvaguardar a Blanco, muy cuestionado desde hace tiempo por diversos sectores del partido.

Sin embargo, pese a la casi unanimidad obtenida, el proceso estuvo marcado por la división "por abajo" y la desorientación política e ideológica de los militantes, tras la consumación del giro ideológico hacia tesis neoliberales que se ha producido en el congreso.

La ponencia marco presentada al congreso por los dirigentes del PSOE se estructuraba sobre tres grandes ejes: el modelo económico y tecnológico; el medio ambiente y el cambio climático; y el cambio social y demográfico. En todos ellos, pero más nítidamente en la ponencia sobre el modelo económico, se observa este giro hacia la derecha, que no ha sido ocultado aunque si disimulando destacando las propuestas más progresistas.

Ramón Jáuregui, "número dos" del grupo parlamentario afirmó que en el 37 Congreso Federal se habían incorporado "aportaciones ideológicas" de tal magnitud que podrían compararse "a lo que ocurrió en el Congreso de 1979 con el abandono del marxismo".

Jáuregui, como ponente de los documentos, subrayó que los "cambios ideológicos" que estaban imprimiendo van en la línea de una nueva definición del socialismo, "una definición en la que lo que emerge es el ciudadano", en la práctica esto significa el abandono del socialismo como "aspiración colectiva" confluyendo con la línea de pensamiento del liberalismo político, y según Jáuregui "superando los viejos instrumentos con los que ha venido trabajando la izquierda".

El giro neoliberal se intentó suavizar mediáticamente destacando algunas propuestas progresistas como la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, mientras financian como ningún otro gobierno a la iglesia católica. En materia de aborto, la seguridad jurídica de la mujer que toma decisión de abortar por las causas establecidas por la ley sin plantear seriamente la sustitución de la misma por una ley de plazos. Sobre inmigración, la garantía de los derechos humanos de los inmigrantes frente al racismo y la mejora del servicio público de inmigración, a la vez que apoyan la directiva de la vergüenza y mantienen los centros de internamiento para inmigrantes, auténticas cárceles para los indocumentados. Mientras tanto, en la bases del PSOE se incrementa el desánimo y la desorientación, que ya se manifestó en la fase previa del Congreso y que en la fase posterior se está caracterizando por las divisiones y guerras fratricidas por la "cúpula", la falta de participación y tensión militante "por abajo", y la confusión de los afiliados de base sobre la línea política que sigue el partido que ellos deben aplicar.

En estos meses se han celebrado algunos congresos regionales y provinciales del PSOE, otros se realizarán en los meses siguientes, y los problemas se han multiplicado para los dirigentes, sobre todo en aquellos lugares donde existe una crisis de liderazgo.

En Andalucía, una de las federaciones más importantes, el presidente Manuel Cháves mantiene su liderazgo, con el férreo control de Gaspar Zarrías sobre el partido, para evitar que se abra una guerra por el poder interno entre las distintas "familias" que cohabitan en la misma.. En los congresos provinciales, Cháves arbitra, pero se mantiene al margen. La pugna abierta entre 'vieristas' y críticos en el congreso provincial de Sevilla se mantiene viva con el trasfondo de la elección del candidato del PSOE a la Alcaldía, Monteseirín puede caer. En Málaga también se presentaron dos listas muy confrontadas, los actuales dirigentes sacrificaron a la secretaria general, Marisa Bustinduy, de los últimos años para mantener su mayoría, con un presidente de la diputación, Salvador Pendón, muy cuestionado.

La tradicional división dentro la federación socialista madrileña se mantiene latente, tras sucesivas derrotas electorales, pese a que Tomas Gómez quiso integrar a los denominados simanquistas, los más críticos con la gestión de la actual dirección, en el organigrama de la nueva ejecutiva y ofreció a Rafael Simancas, ex secretario general, ser uno de los representantes del cupo madrileño del próximo Comité Federal.

Pero el congreso regional que más ha reflejado la actual división y confusión dentro del PSOE ha sido el de los socialistas valencianos, federación en la que existe una confrontación casi total y una división prácticamente insuperable. En el mismo, se presentaron hasta cuatro listas y los niveles de degradación de la vida interna se reflejaron públicamente. En los congresos provinciales que se están desarrollando ahora ha ocurrido lo mismo, sobre todo en el de Alicante, se han presentado listas alternativas muy confrontadas entre sí para asombro de los militantes de base.

En otros lugares, más de lo mismo, donde había conflictos preexistentes se han mantenido o intensificado, como por ejemplo en Cantabria. Pugnas por el poder entre distintas localidades con peso político de la región, como entre las distintas islas de Canarias o entre Murcia y Cartagena, o los usuales enfrentamientos entre las direcciones locales, sobre todo de las capitales, y las direcciones provinciales.

División del Partido Popular

El PP celebró su decimosexto congreso nacional al más puro estilo de un partido carente de democracia interna. Los compromisarios (delegados) los eligen a dedo, cooptados por las direcciones en cada ámbito, que confeccionan una lista sin necesidad de que se realice una asamblea o reunión, a no ser que un grupo tenga fuerza suficiente para realizar una propuesta alternativa de delegados en un plazo determinado. Es por esto que sólo el 17% de las asambleas del PP han votado a los compromisarios, que no están comprometidos con las bases..

Se trató de un congreso nacional en que sólo han podido aclamar lo que se ha decidido "por arriba" en las vísperas. Sólo hubo un candidato para presidir y dirigir el partido, con un equipo que se elige en bloque, nombrado a dedo por Mariano Rajoy, el hombre que va a llevar el timón durante los próximos años, que fue confirmado como presidente del partido por el 78,53% de los compromisarios.

No obstante, la "división cupular" del PP se manifestó en la fase previa al congreso con el intento de presentación de una candidatura alternativa de los sectores más derechistas del partido que defendían continuar con la estrategia aznarista del "patriotismo constitucional" basada en un nacionalismo español extremo. El punto más álgido de esta división fue la renuncia de la dirigente del PP vasco, María San Gil, la dimisión de Acebes y Zaplana, y los rumores de candidatura alternativa encabezada por Esperanza Aguirre o, posteriormente, por Juan Costa.

A final un acuerdo "equitativo" terminó con la confrontación entre todas estas "sensibilidades" o "familias" del Partido Popular, pero las distintas visiones sobre la estrategia política y electoral perduran en el partido. Rajoy se mostró convencido de que superará en número de votos al PSOE en las próximas elecciones generales por el desgaste que tendrá el gobierno a consecuencia de la agudización en los próximos años de la crisis económica y el aumento del desempleo. Para esto tiene que hacer girar el partido hacia posiciones más de "centro reformista" y alejarse de los discursos extremistas que impiden futuras alianzas electorales con los nacionalistas.

Tras el Congreso Popular el cambio de estrategia de su equipo dirigente pone tácticamente en un primer término el discurso basado en gestión de la crisis económica, además de los tradicionales del terrorismo y la justicia. Por otro lado, tácticamente ha situado su prioridad política en la citas electorales previstas para los próximos años: las elecciones gallegas, su principal prioridad ya que tienen bastantes posibilidades de ganar; los comicios autonómicos vascos que se celebrara la próxima primavera, y la próxima convocatoria estatal de las elecciones europeas que se celebran en junio, que pueden ganar también y donde se medirán las fuerzas que ambos tienen para poder diseñar la estrategia a seguir de cara a las generales. El resultado y la validez de esta nueva estrategia de los populares la sabremos pronto porque en gran medida depende de los resultados electorales, si Rajoy fracasa se abrirá el debate sobre la sucesión.

La única aspirante a la sucesión que podría tener posibilidades de éxito sería Esperanza Aguirre, que ha sido reelegida presidenta del PP madrileño en el congreso regional. Ella era la única candidata y no cabía duda ninguna de que se iba a suceder a sí misma. Aguirre reafirmó, en un mediático mitin de cierre del congreso, su liderazgo al frente del PP madrileño, a la vez que de una manera muy sutil (en su discurso no mencionó a Rajoy) señaló la influencia que tiene dentro del PP nacional, circunstancia que en el futuro puede situarle a la cabeza del partido en España.

El congreso del Partido Popular madrileño fue un congreso a la búlgara, así son salvo excepciones todos los congresos del PP, ya que los mismos se solventan en las reuniones de camarilla que se producen previamente a su realización, el sistema está prácticamente institucionalizado desde la refundación del partido. En Madrid no se expresaron las grandes diferencias existentes, tampoco el descontento se materializó en votos negativo ni abstenciones por parte del sector gallardonista, no hubo protesta, el acuerdo fue casi unánime, pero eso no quiere decir que no exista división.

La segunda fase del congreso nacional de los populares se está desarrollando de una manera más lenta, porque su peculiar sistema hace que sea necesario más tiempo para que pacten las cúpulas y para preparar mediáticamente la puesta en escena de los congresos regionales y provinciales..

No obstante, en muchos sitios la división es profunda y conocida por los militantes, que asisten a esta situación desde la distancia por la ausencia de una participación efectiva de "la base", es el caso de la Comunidad Valenciana donde existe una profunda división entre los seguidores del presidente Francisco Camps y el sector zaplanista, que ha provocado la ruptura y descomposición de bastantes asambleas locales del PP, como la de Elche.

En Canarias existe también contestación a José Manuel Soria, presidente del PP en Canarias y único candidato a la presidencia del partido en el XII Congreso Regional. De igual forma existen problemas y divisiones en Castilla-León, que celebra el congreso el próximo 25 de octubre, sin que se hayan presentado aún candidaturas, con la incógnita añadida acerca de quien será el próximo cartel electoral en esa comunidad.

Esta crisis de militancia y progresivo debilitamiento de los partidos políticos, que hemos señalado tomando como variable sus procesos electorales internos, esta asociada a la reconfiguración del estado, el agotamiento del actual modelo de democracia representativa, y la perdida de funciones de los partidos y de los estados en el marco de la globalización neoliberal.

Los partidos políticos se enfrentan, además, a una seria crisis de confianza, debido, entre otras cosas, a la falta de transparencia, a la ausencia de democracia interna y por los problemas asociados a la financiación de la actividad política, como, por ejemplo, la corrupción.

Por último, es necesario señalar las dificultades estructurales que los partidos políticos presentan actualmente, como consecuencia de lo anterior, en su vida interna, como: el problema del reclutamiento de cuadros políticos y capacidad de hacer nuevos militantes; el problema de la financiación, ya que con el actual sistema político, cada vez más mercantilizado, los partidos ya no pueden sostenerse con las subvenciones del estado y cuotas de sus afiliados; y los derivados de la mercantilización y de la profesionalización de la "carrera política" de los políticos, que son cooptados por el sistema.

David Arrabalí es miembro del Consejo de Redacción de la revista Mundo Obrero y analista político especialista en partidos políticos y procesos electorales.

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