lunes, 21 de abril de 2008

Cuando quise darme de baja de la Iglesia



Javier Domínguez
Blog Sal de la Iglesia. Publicado en Unidad Cívica por la República

Hace ya tres meses que decidí emprender un proceso de Apostasía para que la Iglesia Católica me eliminase para siempre de sus filas, pero como ya he podido ver, no es nada fácil. He acudido a numerosas páginas web donde te facilitan un montón de información para comenzar el proceso, y la verdad es que me ha sido de mucha ayuda, ya que gracias a esta información que antes desconocía he conseguido una pequeña parte del proceso.

Lo primero que hice fue mandar una carta de "Derecho de cancelación" (pincha aquí para descargarla en PDF) dirigida a la parroquia donde fui bautizado. Mis padres me bautizaron en el Castillo de Javier, en Navarra. En esta carta expliqué muy bien mi deseo y mis derechos. La mandé en un sobre con su sello mediante correo postal y adjunté en la misma una fotocopia de mi DNI por ambas caras y mi firma. El lugar en concreto se llama Parroquia de la Anunciación y allí recibieron mi escrito.

Obtuve una inesperada respuesta del párroco, el padre Antonio F., que no sólo me dice que está de acuerdo con mi decisión, si no que me va a ayudar en todo lo que le sea posible. Este párroco, Jesuita, una persona admirable desde mi punto de vista ya que he podido charlar con él por teléfono, y que me ha demostrado ser una persona muy coherente y en desacuerdo con muchas cosas de la Iglesia Católica, me respondió con otro correo postal en el que me adjunta una fotocopia de mi hoja bautismal, en la que vienen escrito los datos de mis padres, los míos, la fecha, los padrinos del bautismo, etc. y me comenta que va a emprender el proceso por su parte, allí, en esta parroquia. Al mismo tiempo que mandé esta primera carta a la parroquia de Javier, en Navarra, mandé otra carta de "Derecho de cancelación" (pincha aquí para descargarla en PDF) dirigida al Obispado/Arzobispado de Navarra, con su fotocopia del DNI por ambas caras y mi firma.

Del Arzobispado de Navarra obtuve una respuesta del Secretario General en forma de correo postal en el que se me advertía que el proceso que había emprendido no iba a servir de nada, y que debería de "redirigir mi alma por el camino correcto del señor, etc." Al menos me facilitó los datos del Arzobispado de Madrid y me dijo que de no recapacitar y querer seguir adelante con el proceso, me tenía que dirigir al Arzobispado de Madrid.

Así lo hice, volví a escribir de nuevo la carta de "Derecho de oposición" con su fotocopia del DNI por ambas caras y mi firma, esta vez dirigida al Arzobispado de Madrid. Tardé un mes y medio en recibir una respuesta, pensaba que no me escribirían nunca, pero al fin lo hicieron. Abrí la carta lleno de ilusión pensando que por fin había conseguido mi objetivo y cuando empecé a leer me llevé una gran decepción (en parte me lo esperaba). Este Arzobispado de Madrid no sólo me dice que no pueden borrarme de sus libros si no que lo que estoy haciendo es un error y que debo recapacitar sobre apostatar ya que es un pecado gravísimo que bla, bla, bla. Pero que de todas formas debería de rellenar una hoja (Hoja que me adjunta en su carta para que la rellene) y que me vaya a una parroquia de mi barrio para que la vea un notario o un cura/notario y que dé su aprobación y lo selle y un montón de cosas que al final no me van a servir para nada.

Es entonces cuando les llamo por teléfono para decirles que están equivocados, que sí que puedo apostatar y que ellos tienen la obligación de borrarme si yo así lo deseo mediante una petición formal. Cuando llamé por teléfono me atendió un señor que me dijo que era el Canciller del Arzobispado y aquí me llevé una gran sorpresa, este señor no sólo me dijo que la persona con la que tenía que hablar no estaba, que estaba de vacaciones (???), me preguntó que cuál era el motivo de la llamada, y cuando le dije que era por una carta que le había mandado para apostatar, soltó una gran carcajada (¡Lo juro!) y poco mas que me insultó, me habló de muy malas maneras y me llamó de todo menos buen cristiano (No soy Cristiano, soy ateo) y me dijo literalmente: "Haga usted lo que le de la real gana, como si quiere ponernos una denuncia, usted sabrá donde se mete..."

Intenté calmarle pero me colgó. Me dio miedo este señor, de verdad. Una semana después decido volver a llamar por teléfono, para darles una última oportunidad, lo último que quiero es poner denuncias y demás procesos engorrosos (Si hace falta, lo haré sin dudarlo, pero sólo en el último caso). Ahora sí que conseguí hablar con la persona del Arzobispado que me respondió a mi carta con una negativa y poniéndome muchas problemas, pegas y dificultades.
Este señor es el Secretario de la Vicaría General y se llama Fco. Javier J. B. I. Cuando hablé con él, parecía un poco más amable que el Canciller que me había tratado con total desprecio por teléfono. Me dijo que no podía hacer nada con los datos que le había enviado y me confirmó lo que me decía en su escrito, que debía rellenar una hoja que el me había facilitado para que luego la sellara un notario o un cura/notario de mi barrio, etc. No me da muchas esperanzas.
Al final, harto de todo y de dar tantas vueltas, por no discutir, decido ir a la parroquia "Nuestra Señora de las Maravillas y Santos Justo Pastor", que es la mas cercana a mi domicilio, en el barrio madrileño de Malasaña. Primero busqué en Internet (Maravillosa herramienta) el teléfono de esta parroquia para no perder el tiempo y encontrarme con un portazo en las narices. Pregunté por el párroco, y me dijeron que no estaba pero que le llamara mas tarde, que preguntase por el padre Basilio. Pasadas un par de horas llamé de nuevo y conseguí hablar con él. Me preguntó el motivo de la llamada y le dije que era por un proceso de apostasía, que el Arzobispado de Madrid me había dirigido a esta parroquia.

Este párroco en un principio no quería recibirme ni en pintura, pero le dije que había hablado por teléfono con el Secretario de Vicaría General del Arzobispado de Madrid y que era un tema muy importante. Después de discutir por teléfono un rato al final a regañadientes me dice que puedo ir a verle a las 7 de la tarde. A las 7 en punto de ese mismo día fui a la parroquia, y no estaba, me dijo otro cura que estaba reunido y que a las 8 tenía misa...

Bien, yo me senté en un banco de la Iglesia a esperar (incomodísima situación para mi), al final, después de 20 minutos de retraso, salió por una puerta un cura de unos 65 años y le pregunté si el era D. Basilio, extrañado me dijo que sí. Le comenté que yo le llamé por teléfono por la mañana y me dijo "Ah, si, si... tu querías apostatar, ¿no? Me invitó a pasar a un oscuro y frío despacho y nos sentamos en una mesa. Le expliqué todo el proceso y los problemas y dificultades con las que me había topado.

Este señor, después de 20 minutos intentando convencerme para que no siga adelante, y explicarme quién es Jesucristo, Dios y la Iglesia Católica (sin ningún tipo de éxito), le dije que por favor me firmara la hoja que el Arzobispo necesita. Al ver que no tenía nada que hacer conmigo, me firmó la hoja por duplicado, puso el sello de la parroquia y a continuación se levantó de su silla y me expulsó de su despacho a empujones y gritándome que me fuese a la calle.
Una vez conseguida la firma y el sello en este papel, procedo a mandarlo de inmediato al Arzobispado de Madrid, pero... no tengo ninguna respuesta.

Dos meses después, vuelvo a llamar por teléfono a el párroco Jesuíta que me ayudo mucho en el inicio de mi "cruzada" y me confirmó que ya había apostatado correctamente, ya no constaba en los libros como un "Cristiano" y por tanto, a efectos legales he dejado de ser un miembro de la Iglesia Católica. También llamé al Arzobispado de Madrid de nuevo para confirmar mi apostasía y los datos y fecha coinciden con los de mi amigo Jesuíta, ya no pertenezco a la iglesia como un fiel mas. En ambos sitios me dicen que me puedo pasar en persona cuando quiera a comprobar los libros bautismales con mis ojos. Lo haré.

Al final... lo he conseguido.

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